El arroyo de los Pocitos era famoso por las lavanderas, que llegaban hasta él con sus atados de ropas sobre la cabeza, atraídas por sus limpias aguas. Allí excavaban pocitos o cachimbas, en sus orillas, para lavar las ropas de sus amos residentes en la ciudad amurallada.
En 1881 el gobierno nacional dictó un decreto por el cual, atento a que la población que se había formado en el paraje de los "Pocitos" no había sido autorizada oficialmente y a la irregularidad de su amanzanamiento, resolvió el deslinde y la rectificación de este último. Cinco años más tarde, el 5 de mayo de 1886 quedó oficialmente inaugurado el pueblo de "Nuestra Señora de los Pocitos". Dos años después, en 1888 en el Plano General del Pueblo de los Pocitos, aparecen inscriptos los barrios: “Fortuna”, “Víctor Manuel”, “Caprera” y “Artigas”, que figuraban entre los arroyos Pocitos Grande y Pocitos Chico.